Preguntas y más preguntas llegan como destellos. En forma de flashazos de cámara vieja. Alumbramientos en forma de pensamientos que nos obligan a cerrar el libro que estamos leyendo, a dejar el pincel con el que pintamos - o intentamos pintar algo - o a dejar el teléfono por un instante en el descansabrazos del sofá.