¿Y el desfile?

Descubro con injustificable asombro que el programa televisivo La hora del gane se transmitió sólo durante dos años, 1987 y 1988 -tal vez un poco más: alguna fuente data el lanzamiento en 1986-. No habría imaginado que ese tiempo fuera tan breve (de ahí mi asombro), pero tampoco tengo razones para sorprenderme por algo que jamás me había intrigado (de ahí lo injustificable). Bastó ese puñado de meses para que quedaran incrustadas y se volvieran irremovibles varias contraseñas de identidad etaria entre los tapatíos que no pudimos quedar a salvo del programa y de su influjo, suerte muy difícil habida cuenta del imperio que tenía entonces la televisión abierta sobre la psique de individuos y sociedades, cuando era impensable un mundo en el que se pudiera prescindir de ese medio para informarse, entretenerse y, en suma, vivir.