Vuelve a casa López Velarde
Francisco Morales V.
Cd. de México (08 junio 2016) .-00:00 hrs
En uno de los cuartos de su última morada -hoy convertido en oficina- se escucha, categórica, la siguiente aseveración: "Ramón López Velarde es un poeta-leyenda".
No cabe la duda en Claudia Hernández de Valle Arizpe, coordinadora de Actividades Culturales de la Casa del Poeta que lleva el nombre del zacatecano, en la Colonia Roma.
López Velarde, asegura, hizo en la poesía lo que Juan Rulfo en la prosa: con escasos libros publicados, alcanzó la historia. Del primero de ellos, La sangre devota, se celebra este año un siglo de su publicación.
"Se inicia la poesía mexicana moderna justamente con estos poemas", advierte la escritora. "Es deslumbrante ver como, casi de la nada, el genio de López Velarde lo lleva a adjetivar de una manera ya distinta, una forma 'antipoética' de adjetivar para su época".
Su primer libro, de tan sólo dos, ya contiene poemas tan celebrados como Viaje al terruño, La tónica tibieza... y Mi prima Águeda.
En la leyenda de López Velarde, la de su amada Fuensanta -su prima Josefa de los Ríos- y La suave patria, han llegado a imponerse dos etiquetas que se repiten constantemente: la de "Poeta nacional " y "Poeta católico".
Hernández de Valle Arizpe expresa reservas sobre la segunda.
"Si no estuviera toda esa parte del erotismo, del deseo y de la mujer venerada, descrita y deseada de múltiples maneras, yo creo que no sería tan interesante", considera. "Yo creo que reducirlo a poeta católico y ver solamente la religiosidad, sin ver esta cuestión pendular, me parece quitarle interés, juego y misterio a su poesía de opuestos".
Este jueves, a las 19:00 horas, la Casa del Poeta Ramón López Velarde presentará una mesa de reflexión sobre La sangre devota con David Huerta, Antonio Deltoro y Fernando Fernández. Este último, pondera la importancia del texto.
"Es un libro muy hermoso que ya tiene poemas verdaderamente conseguidos, que ya se citan entre los mejores de sus poemas a pesar de que están en su primer libro", asegura en entrevista.
En ese volumen, reflexiona el autor del libro de ensayos sobre el poeta Ni sombra de disturbio, ya se encuentran importantes temas lopezvelardeanos, como la provincia, el amor y la muerte, la boda y imposibilidad de ésta.
Para Fernández, es necesario comprender la dimensión católica, la central, del pensamiento de López Velarde para aproximarse a su poesía. Asimismo, juzga importante evaluar aspectos de su biografía que a veces se han abordado con pudor, como la posibilidad de que padeciera una enfermedad venérea.
"Uno de los temas de su poesía es realmente el desgarramiento entre el amor casto y el amor mercenario, digamos así, de las 'azafatas de la carne', como él llama a las prostitutas". Y concluye: "No deberíamos temer hablar de nada de lo que López Velarde implica".
El poeta David Huerta, cuyo primer acercamiento a la obra del zacatecano ocurrió en la infancia, a través de compilaciones que originalmente no le permitieron distinguir entre un libro y otro, promete aproximarse mañana a La sangre devota sin prejuicios.
"Las paginitas que leeré el próximo jueves 9 en la Casa del Poeta, el mismo lugar donde López Velarde murió en 1921, y que lleva su nombre, no aspiran a gran cosa, pero en ellas traté de apartarme de los lugares comunes y acercarme a este libro centenario para tratar de entenderlo", adelanta.
Una segunda mesa, programada para el 23 de junio, a las 19:00 horas, contará con la participación de Blanca Estela Treviño, Eduardo Hurtado y Sofía Ramírez. En el recinto ya se muestra una exposición de 28 carteles sobre el libro y sus temas.
"(Ramón López Velarde) forma parte de nuestra idiosincrasia. Es muy impresionante eso y yo creo que muy pocos poetas lo han logrado", concluye Hernández de Valle-Arizpe. "Yo creo que sólo Sor Juana Inés de la Cruz, López Velarde, Octavio Paz y, por supuesto, Jaime Sabines".