Dejemos que los episodios se sigan escribiendo, que cada partido genere una página nueva. No nos adelantemos a nada. No le coloquemos grilletes y candados desde ahora al duelo entre América y Tigres. No lo limitemos; tampoco lo forcemos. Permitamos que el niño crezca. Va bien, pinta para buenas cosas. Tiene condiciones, carácter y arrebato. Ingredientes de sobra para un receta que en un tiempo puede convertirse en Clásico.