Usos y costumbres
Paloma Ramírez EN MURAL
3 MIN 30 SEG
La escena se repetía puntualmente cada 5 de mayo. A partir del mediodía y por espacio de un par de horas, el sonar del timbre de la casa se volvía intermitente. Vivíamos en Puebla, a una cuadra de donde rompían filas los integrantes del desfile que conmemoraba la única batalla en la que se venció a un ejército extranjero (y esto gracias a la providencial intervención de los indios zacapoaxtlas).