Corroboré que lo que yo había leído eran menos de 500 palabras; en mi memoria se multiplicaban hasta convertirse en varios miles
Una niña
NEGRO Y CARGADO / José Israel Carranza EN MURAL
5 MIN 00 SEG
Hoy, por ser mañana el día que es, recuerdo a una niña que, si existió, sólo la conoció G. K. Chesterton, de lo que queda constancia en un ensayo para el que la tomó como motivo. O, si no la conoció, la inventó. O bien: al necesitar una figura concreta para desplegar mejor sus argumentos, Chesterton tal vez echó mano de una evocación que llevaba en la reserva de sus preocupaciones. En todo caso, se trata de la impresión nítida de una niña, o así me lo parece porque mi propia evocación de la experiencia de lectura de ese ensayo, hace muchos años, tiene calidad de imborrable y eterna.