OPINIÓN

Los gustos no son discutibles ni hay unos mejores que otros: creer lo contrario sólo conduce a discordias ociosas

Una de dos

NEGRO Y CARGADO / José Israel Carranza EN MURAL

5 MIN 00 SEG

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Al declarar una preferencia o una aversión personalísimas se corren dos riesgos: uno, que a nadie le importe y la indiferencia del mundo reafirme nuestra insignificancia, si creemos que eso que declaramos nos define. Nada extraordinario hay en ninguna manifestación del propio gusto, por insólita que pueda parecer. Adolfo Bioy Casares señaló la ridiculez extrema de quienes se jactan de sus supuestas peculiaridades, como si desafiaran con ellas el orden establecido, cosa que en este mundo sobrado de excentricidades es del todo baladí. Además, los gustos no son discutibles ni hay unos mejores que otros: creer lo contrario sólo conduce a proselitismos estériles y discordias ociosas.