Con sinceridad: a mí sí me hace ilusión poder viajar en tren de Guadalajara a México
Trenecitos
NEGRO Y CARGADO / José Israel Carranza EN MURAL
4 MIN 30 SEG
Sospecho que difícilmente puede argüirse, y menos defenderse, sagacidad estratégica alguna en la obcecación de la llamada 4T por los trenes de pasajeros. Si la hay, y no lo sabemos -todo puede ser en este país que se la pasa contándose relatos tergiversados-, es porque ha quedado sofocada debajo de los estropicios ocasionados por la construcción del famoso Tren Maya, uno de los emblemas más pasmosos de la querencia por el anacronismo de la administración que termina -o de su líder supremo, el Presidente que recordaremos por haber hecho del capricho personal su programa de gobierno-. Esos estropicios ecocidas, amén de las truculencias administrativas y las sospechas de corruptelas que fueron proliferando conforme se extendían las vías, complican imaginar qué ganó el sureste con esa obra, si en realidad era necesaria, e inducen a conjeturar, como pasa ante otras manifestaciones de la ocurrencia presidencial, si no habría tenido más sentido proponerse algo distinto.