CULTURA

'Todo esto es la vida'

Francisco Morales V.

Cd. de México (05 julio 2016) .-00:00 hrs

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En la casa de Gladiola Orozco no es difícil tropezar con la memoria. Todavía sobre el piso de duela de algunas esquinas, en pilas que guardan una lógica secreta, hay documentos que esperan a ser ordenados para poder mostrarse al mundo.

"Es un desafío al olvido de la danza profesional", declara la coreógrafa y bailarina.

Tras la intempestiva caída del telón del Ballet Teatro del Espacio, así ha pasado Orozco los últimos siete años de su vida: volviendo a trazar, función a función, el camino de la compañía que dirigió junto a su esposo, Michel Descombey (1930-2011).

"Recordar a la gente, recordar la ciudad, las anécdotas y todo sí me movía mucho el alma", explica. "De cuando en cuando sí lagrimeaba y, de cuando en cuando, decía: 'No, adelante, todo esto es vida'. Y es vida, los libros son vida, están presentes y de ahí no se van a mover".

Recién llegados, tres volúmenes manejables, descansan en la mesa de su sala. Es el primer compendio de los 500 que se han impreso de Memoria 1966-2009, una historia gráfica de la compañía señera de la danza contemporánea en México, y en la que incluso asoma un grande: Rudolf Nureyev.

"No acepté que terminara (la agrupación) y dije 'Ahora vamos a darle nueva vida, una vida que no es habitual: que quede escrita la historia del ballet desde el primer momento hasta el último", recuerda sobre la decisión de ordenar el archivo.

Para remediar la fugacidad intrínseca de la danza, explica, los 43 años de su historia con Ballet Teatro del Espacio se cuentan a través del que considera el más justo de los medios: el programa de mano.

De esta forma, cada coreógrafo, bailarín, músico y técnico que pasó por la agrupación ha quedado representado en la medida exacta de su participación en esa historia.

"No hay nada de más ni nada de menos que no sea exactamente el pasaje del ballet a nivel foro, estrictamente teatros", puntualiza.

Si bien reconoce que nunca fue una preocupación constante la preservación de la memoria de la compañía, el precipitado cierre de su sede y teatro, antes ubicado en Hamburgo 218, Colonia Juárez, la obligó a rescatar cuanto pudo.

"Guardar todo eso costó mucho trabajo porque el final del ballet fue muy brutal. Hubo que desocupar el local", recuerda.

El ballet, en el que todos sus bailarines gozaban de seguridad social, una beca y desayuno todos los días, tuvo que cerrar en el 2009 ante la negativa del INBA de aumentar la ayuda al espacio.

"Llegó un momento en el que era imposible hablar contra la ignorancia y el poder", relata Orozco.

Por años habían logrado negociar con las autoridades de la dependencia y la SEP, pero la estrategia no dio frutos en aquel año.

"Probablemente, con un poco de más energía, yo que en ese momento ya no la tenía, podríamos haber alargado y continuado, pero el peligro era a costa de los bailarines, a costa de deber mucho dinero, que no me gusta a mí deber nada ni nunca".

Todavía habla con gran orgullo de haber podido cerrar el espacio con una liquidación de todos sus bailarines con lo que les correspondía por Ley, algo inédito -aún- en la danza.

El próximo sábado 9 de agosto, Orozco presentará los tres tomos de la historia de la agrupación en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes. Será antecedida por un espectáculo con danza, música en vivo y un video dirigido por David Attie, colaborador del Ballet Teatro del Espacio.

Gladiola Orozco regresa por la puerta grande: "Transformar un revés en victoria", dice sin rencor.

Sobre el piso de duela de algunas esquinas, en pilas, quedan todavía historias del Ballet Teatro del Espacio, que, asegura, serán contadas en otros libros.

La foto icónica

Entre las memorias de su casa, Gladiola Orozco guarda la peluca de una de las brujas de La ópera descuartizada (1980), emblemática coreografía de su fallecido esposo, Michel Descombey.

Una fotografía de este personaje se ha vuelto una de las imágenes más emblemáticas del Ballet Teatro del Espacio, tanto que fue elegida como la portada de la memoria de la agrupación.

Este sábado, en el Palacio de Bellas Artes, la coreografía será recordada en el escenario.