OPINIÓN

Todas somos Raquel

Guadalupe Loaeza EN MURAL

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El jueves 7 de noviembre, cerca de las 4 de la tarde, Juan Armando Rodríguez Castro, de 55 años de edad, degolló a su pareja sentimental por cinco años, la antropóloga e historiadora Raquel Padilla Ramos. El asesinato sucedió en una cabaña que ambos habían construido en El Seuz, localidad de Ures en Sonora. El hijo (menor de edad) de la doctora Padilla fue testigo del feminicidio, de allí que saliera empavorecido hacia la casa de la vecina para avisarle que Juan estaba apuñalando a su madre de 53 años. "Desde hace seis años los conozco, desde que venían a echarle vueltas al terreno hasta que construyeron la casita, a donde venían a pasar todos los fines de semana. Todo fue muy rápido, muy inesperado... le ganó la ira a Juan". Dice Silvia Núñez, representante en Sonora del OCNF, que hacía dos días que Raquel había reanudado su relación. "Esto es algo que es un patrón, hay muchos casos de feminicidios en los que el agresor al sentir que puede perder la víctima, la asesina" (Animal Político).