Soñé que en México habíamos estrenado un aeropuerto de clase mundial, que en las carreteras ya no se sufrían bloqueos y que los camiones respetaban las leyes de tránsito. Soñé que las gasolinas bajaban de precio por el enorme crecimiento de las energías sustentables y limpias. Soñé que ya no teníamos pobres ni analfabetas. Soñé que el Ejército se dedicaba a sus labores castrenses, soñé que ya nadie se moría por falta de hospitales y medicinas. Que los gobiernos se dedicaban a gobernar siempre buscando beneficiar al pueblo.