Sol de Monterrey
Paloma Ramírez EN MURAL
4 MIN 00 SEG
Como en muchos hoteles, el restaurante tiene una vista panorámica privilegiada. En el piso 18, los ventanales se abren hacia uno de los cerros que circundan la ciudad de Monterrey, uno con apariencia de ola petrificada. El visitante que lo mira tan de cerca (porque desde aquel punto está a menos de 200 metros de distancia) por primera vez no puede dejar de preguntarse si -efectivamente- en algún tiempo bramaba en estado líquido. Solo ante el cerro, el visitante continúa lucubrando... quizá la metamorfosis de ola en roca y arena haya sido producto del sol y el calor.