NACIONAL

'Sobrevivimos a la tortura'

César Martínez

Estado de México (04 mayo 2016) .-07:34 hrs

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"De lo que yo pensaba que iba a ser mi vida, de lo que había previsto hacia el futuro, no quedó nada". Así resume Norma Jiménez 10 años de lucha por la justicia, luego de ser víctima de tortura sexual durante el desalojo de San Salvador Atenco en 2006.

Ella tenía 22 años cuando fue violentada por policías federales, estatales y municipales el 4 de mayo de aquel año.

"Ahora es muy difícil para mí pensar en un proyecto a futuro, no hay nada que yo haga que piense que pueda hacer de aquí a dos años", señala.

"Pensé que en algún momento tendría una pareja, no la tengo; o tener hijos, ya tampoco existen en mí esas ganas de formar una familia o ese tipo de proyectos que impliquen involucrarme con más personas a esos niveles".

Su único proyecto, dice, es el de obtener justicia, un camino que la ha llevado hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Y es que, como reprocha Yolanda Muñoz, quien también fue violentada en Atenco cuando tenía 46 años, el sistema de procuración de justicia de México les cerró todas las puertas, pues están absueltos todos los agentes acusados de agredir sexualmente al menos a 26 de las 47 mujeres detenidas durante el desalojo.

Las mujeres, junto con Italia Méndez, quien sufrió los mismos ataques hace 10 años, coinciden en que este tipo de actos que comete el Estado han destruido no sólo su vida, sino también sus amistades y familias.

"No dejemos que esta realidad que nos impone el Estado mexicano nos termine enfermando y que terminemos normalizando y aceptando la tortura como una forma en la que las Policías se desenvuelven", pide Méndez a todos los mexicanos.

"La parte medular de nuestra exigencia de justicia es que esto pare, que el Estado mexicano pare de torturar personas. La mayoría de los casos que conocemos son personas inocentes, pero no importa que no fueran inocentes, deben dejar de torturar personas", anotó.

Italia considera que obtener justicia sobre lo ocurrido hace 10 años obligará a las autoridades a pensarlo dos veces antes de realizar las mismas acciones en contra de otras mujeres del país.

"Sobrevivimos al horror, al escarnio público, al daño no sólo moral sino también físico que la tortura nos provocó, y vemos con mucha frustración los casos de muchas mujeres en el país, que están siendo sometidas a este tipo de violencia por agentes del Estado", reflexiona, con un tono de coraje.

De las 26 mujeres que en su momento denunciaron que fueron víctimas de agresión sexual en Atenco, en 2006, sólo 11, entre ellas Norma, Yolanda e Italia, llevaron sus casos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, aunque esperan que llegue hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

"No es algo que sólo me ocurrió a mí, es algo que nos ocurrió a todos, porque todos vivimos en esta sociedad y estamos juntos en esta realidad", advierte Norma Jiménez.