Sigues tú...

Imagínate que tienes la fortuna de llegar a la tercera edad. Obviamente con los achaques y el desgaste natural del cuerpo, pero por fin estás llegando al ocaso de tu vida, más sabio, más cansado también, pero con esa chispa y ese ánimo que es vivir cumpliendo tu misión como sacerdote. Y de repente, entran a tu iglesia, una persona que está escapando de un perseguidor, y le ayudas porque es algo natural, algo que va más allá de la fe. Es lo que nos hace humanos. Y a la vuelta de unos segundos estás muerto y tu compañero también. Eso les pasó a los padres jesuitas de Chihuahua. O vas en tu camioneta manejando y de repente te confunden con otra persona y te linchan. O estás cenando en uno de los mejores restaurantes de la Ciudad de México y tu pareja te dispara tres veces. Imagina eso, y miles de casos más de violencia y asesinatos que pasan todos los días en nuestro país. Te has puesto a pensar que tal vez sigues tú...