Entrados en conversación estábamos arropados por el aire acondicionado, usual dentro de este tipo de cadenas americanas, donde el "refill" de refresco es gratis y bien visto. La plática oscilaba entre mundanidades y crisis existenciales. Sincerándome con mi querido tío, le compartía cómo me sentía en un proceso de transición, donde estaba buscando reubicarme en la dimensión del mundo. Una reflexión que nace muchas veces de la comodidad y la normalización de la rutina o de un próximo y obligado escalón dentro del proceso de madurez. Al terminar de plantear mi caso, mi tío empatizó y compartió cómo él también ha pasado y sobrellevado múltiples replanteamientos y momentos de revaluación. Me regaló varios importantes consejos, pero realmente le atinó obsequiándome un libro, del cual, dijo, le recordaba al personaje principal.
Analista financiero, con un alto interés por el trasfondo de lo ordinario y cotidiano.