Lo que estamos viendo en las últimas semanas, tanto en la disputa entre las "corcholatas" de Morena como en la pelea por la candidatura presidencial al interior del Frente Amplio por México, pone de manifiesto los vasos comunicantes del viejo sistema político mexicano que desde luego no ha muerto, sino que sigue activo, si acaso con algunas mutaciones y con nuevos rostros.