Consecuencia de la pandemia, y para acatar los lineamientos de distanciamiento social que han indicado las autoridades sanitarias, miles de templos han cerrado sus puertas o han celebrado misas sin la presencia de fieles. Los obispos de todo el mundo, comenzando por el obispo de Roma, acataron de forma responsable las medidas establecidas para evitar la propagación del Covid-19.