La humanidad ha luchado por dos prioridades: satisfacer sus necesidades básicas y la libertad. En el principio de manera instintiva lucharon por su sobrevivencia los múltiples grupos sociales, y en ese afán se disputaban los cotos de caza y de recolección de frutos y otros alimentos. La agresividad estaba motivada por la escasez o abundancia. Deambulaban sin más restricciones que las circunstancias les determinaban.