¿Proyecciones o patrañas?
Entre los momentos más incómodos de la niñez recuerdo cuando me comparaban con el hermanito aplicado o el deportista. Nunca lograba estar al nivel de ellos porque había heredado las piernas zambas de la abuela o porque me interesaban cosas que no estaban en los libros de texto... Las comparaciones suelen ser odiosas, pero a veces también muy dolorosas.