El "Plan B" del Presidente López Obrador abre la puerta a los fantasmas del fraude electoral tan arraigados en el Siglo 20. La diferencia es que hoy contamos con instituciones de control de constitucionalidad, la Suprema Corte y el Tribunal Electoral (SCJN, TEPJF), autoridades que tendrán el reto de hacer valer los principios que marca la Constitución sin morir en el intento.