Si bien no estoy peleada con la comida sana, aquella que está preparada con los llamados "super alimentos" como la quinoa y esas cosas, no me causa tanta emoción el comerlos. Tal vez por desinformación, o porque las cosas más suculentas tienen su buena porción de grasa, de carbohidratos o de azúcar, o porque los sustitutos de, por ejemplo, la carne o el pan, no siempre tienen el mejor sabor. Decido darle siempre una oportunidad.