La socialdemocracia es uno de esos conceptos que casi nadie entiende, pero que todos quieren abrazar. Suena bien, vende mejor, es políticamente correcto. "Socialismo" es demasiado radical: Cuba, Venezuela, expropiaciones, mala gestión de la economía, estatización. "Democracia" es un concepto estético, por supuesto, pero un tanto llano: puede significar todo y nada. La socialdemocracia, en cambio, le imprime a la democracia liberal una cierta profundidad social: elecciones libres y economía de mercado, al mismo tiempo que distribución justa de la riqueza, igualdad entre las personas e intervención del Estado cuando es necesario.