El gobierno de López Obrador sigue demostrando cuál es la verdadera transformación que busca. No se trata de transparentar, actualizar, democratizar, desarrollar o reverdecer a México. Más bien busca resucitar dinosaurios. Darle respiración artificial al Carnotauros que es la Comisión Federal de Electricidad; asegurar una transfusión sanguínea al Parasaurolophus que es Pemex; rescatar especies en extinción que dependen del combustóleo y del carbón. El objetivo es poblar de nuevo al Parque Jurásico del capitalismo de Estado a través de reformas regresivas en el sector energético. He ahí lo publicado hace unos días en el Diario Oficial, revirtiendo las posibilidades de generación, inversión y desarrollo de las energías renovables. He ahí la obsesión de Rocío Nahle por refinar y carbonizar en vez de innovar y descontaminar. Ella y sus defensores se erigen en defensores de la "soberanía nacional", cuando lo que hacen es convertir a los consumidores en carnada para Manuel Bartlett.
Denise Dresser es politóloga, escritora, columnista y activista. Coordinó el libro "Gritos y Susurros: Experiencias Intempestivas de Mujeres". Ganó el Premio Nacional de Periodismo en 2010. Su último libro es "El País de Uno. Reflexiones para entender y cambiar a México".