Además de la información habitual, en la esquela fúnebre se incluía una petición: "No manden flores". Pero la extravagancia no terminaba ahí, se exhortaba a los amigos y conocidos de la fallecida, que desearan hacerle un homenaje póstumo o tener una muestra de cariño con sus deudos, a donar a una causa social. Luego se nombraban algunas fundaciones con las que la difunta había comulgado.