No sé si exista una palabra para describir aquellas preguntas de apariencia sencilla, pero de respuesta dificultosa. El clásico ¿cómo estás? cae en esta categoría. Una respuesta como bien lo estampa, pero no lo sella, y autores como Nietzsche intentaron responderlo en sus extensas obras. Dentro de esta categoría encuentro preguntas recurrentes dentro de mi vida, por ejemplo ¿cómo le haces para escribir y no quedarte sin ideas? A lo que con normalidad estampo rápidamente que siempre estoy pensando en el artículo que sigue, lo cual es cierto, pero no cubre toda la escena.
Analista financiero, con un alto interés por el trasfondo de lo ordinario y cotidiano.