Contra toda razón la mayoría de Morena y sus aliados PVEM y PT impusieron a Rosario Piedra Ibarra. La oposición no tenía candidata o candidato y, a lo único que jugaron fue a dejar constancia de su repudio a la propuesta del obradorismo, opinión compartida por múltiples organizaciones sociales que han juzgado la gestión de la señora Piedra Ibarra como el periodo más opaco, mediocre e inútil de la historia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Muchos senadores de la coalición gobernante expresaron su inconformidad con su candidatura obligando a su coordinador Adán Augusto López, según se comentó, a repartirles boletas ya marcadas a favor de la señora Piedra Ibarra.