OPINIÓN

No seremos Grecia

Denise Dresser EN MURAL

4 MIN 00 SEG

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El prestigiado jurista argentino Roberto Gargarella tiene razón. La reforma judicial en México es dolorosa, surreal y decadente. Dolorosa por la remoción injustificada de cientos de jueces y el fin de la carrera judicial. Surreal por los pésimos argumentos que el oficialismo ha dado y el apresuramiento de un proceso que debió ser debatido y consensado. Decadente por el espectáculo que presenciamos en el Senado, donde el senador Fernández Noroña incluso reconoció la curva de "aprendizaje" y gritó ¡Lotería! Así, con reglas que se iban modificando sobre la marcha, explicaciones erróneas en un pizarrón para quienes no entendían el procedimiento de la tómbola, y bolitas cayéndose, regadas por el piso, todos perdimos. Así, entre burlas, carcajadas, revanchas y un absoluto desprendimiento de las consecuencias, Morena convirtió a México en el hazmerreír del mundo.