Se dice que, de tanto suceder, todo termina por convertirse en lugar común: otro feminicidio sumado a otro y a otro y a otro; otra alerta por la desaparición de una niña, de una joven, de una mujer, y de otra, y luego de otra. Otro cadáver correspondiente a un cuerpo femenino encontrado con huellas de violencia, y otro, y otro, sin identificar. Otra mujer atacada por su pareja delante de sus hijos, y otra y otra y otra. Otra niña violentada en su entorno familiar o educativo, y otra y otra y otra más. Otra denuncia por acoso laboral que no prospera; otra mujer que acusa a su violador y se le culpa, otra niña a la que nadie le cree, otra víctima que es revictimizada.
Sofía Orozco
Es tapatía, chef repostera por casualidad y periodiquera por afición. Desde una perspectiva ciudadana, analiza y critica lo cotidiano.