"No es de demócratas", tuiteó la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, sobre la reelección disputada del secretario ejecutivo del INE. Y con esa frase, esa intromisión y ese pronunciamiento encapsuló las intenciones de la 4T sobre la autoridad electoral, cuya autonomía -hoy más que nunca- está en juego. Desacreditarla para después controlarla. Señalar sus vicios para luego reproducirlos. Exhibir sus errores para entonces ponerla a su servicio. Es obvia la acción concertada en la que el propio Presidente ha participado para hacer con el INE lo mismo que ha hecho con otros organismos creados con un mismo fin. Desmantelar el predominio del PRI, nivelar el terreno de juego para la competencia partidista, desarmar el sistema de partido hegemónico, transitar a una democracia imperfecta que, a pesar de sus múltiples defectos, fue la que le permitió a Morena ganar y a la señora Sandoval ocupar su puesto. Ahora que la 4T ganó, no quiere que ninguna otra fuerza política pueda volver a lograrlo.
Denise Dresser es politóloga, escritora, columnista y activista. Coordinó el libro "Gritos y Susurros: Experiencias Intempestivas de Mujeres". Ganó el Premio Nacional de Periodismo en 2010. Su último libro es "El País de Uno. Reflexiones para entender y cambiar a México".