"Mamá, no quiero ir a jugar futbol con niños, prefiero quedarme a jugar a las muñecas", le dijo un menor de edad a su madre. Ella, preocupada por las preferencias de su pequeño hijo, le insistió en que fuera al parque a jugar un "deporte de hombres". En llanto, el niño le confesó a su madre que él prefería ser ella, pues se sentía más identificada con sus amigas que con sus compañeros. Era apenas el comienzo de un difícil y doloroso proceso de autodefinición de un menor de edad de apenas 14 años.