Cuando las cosas van mal, siempre se pueden poner peor; deberíamos hacer caso a la sabiduría popular, porque la experiencia latinoamericana muestra, a las claras, que expandir el poder militar y acotar el civil para combatir al narcotráfico sólo incrementa la violencia y expone a las Fuerzas Armadas al fenómeno del "Narcomilitarismo" (cuándo los militares en activo toman el negocio para sí mismos). Nada nuevo, hasta que aparece una nueva modalidad del horror en esta crisis civilizatoria: la Necromáquina. Cuando morir no es suficiente.