El caso García Luna muestra la vigencia de aquella frase de Gabriel Zaid (1986) que con gran tino ha descrito a nuestro sistema político: "La corrupción no es una característica desagradable del sistema político mexicano: es el sistema". El juicio ha hecho evidente que el control de la verdad y la justicia son instrumentos preponderantes del régimen político, nos ha permitido ver en dónde se encuentran los "nodos" que articulan la perversa asociación entre política y corrupción. Avanzo cinco de ellos.