OPINIÓN

Nada que celebrar

Daniela Sánchez EN MURAL

4 MIN 00 SEG

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Cuando iba en la primaria, secundaria y preparatoria se festejaba con singular ignorancia el 8 de marzo. Siempre fui a colegios católicos y sólo de mujeres. Había eventos, música y en ocasiones hasta flores nos regalaban. Lo cierto es que crecí sin saber que era un día de lucha, más que uno de festejo. Es con vergüenza que confieso que no fue hasta que entré al ITESO, en mis primeros semestres de la carrera, que comencé a entender las dimensiones del problema y, por supuesto, a marchar en exigencia.