OPINIÓN

MIRADOR / Armando Fuentes Aguirre EN MURAL

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En la gran sala de la casa del Potrero tienen lugar ahora las tertulias que antes se hacían en la cocina. A ese cambio ha obligado el calor de infierno que, dice don Abundio, es cosa del demonio, y doña Rosa, su mujer, opina que es voluntad de Dios.