En lo que va del siglo 21, los minúsculos seres vivos (bacterias, hongos y virus) solo perceptibles con un microscopio han re-transformado nuestra manera de ver la vida y entender al mundo. Cuando las comunidades de microorganismos se asocian simbióticamente a los animales, humanos o plantas y cumplen funciones específicas, son definidos como el microbioma. Por ejemplo, la importancia del microbioma intestinal se refleja en nuestro estado de ánimo. Diversas bacterias producen neurotransmisores asociados a la felicidad (serotonina, dopamina) y el sueño (triptamina). La pérdida de estos microbios, conocida como "disbiosis", se asocia a estados de depresión y ansiedad.