Carlos Pérez y sus ayudantes cortan carne para entregar un pedido, pues, tras el incendio del Mercado San Juan de Dios, sus clientes se solidarizaron con su negocio. Crédito: Ángel Llamas
Entre la oscuridad de los pasillos de la planta baja del Mercado San Juan de Dios hay una "luz de esperanza".