"En un lejano lugar retacado de nopales / había unos tipos extraños llamados intelectuales", cantaba Rockdrigo hará unos 40 años: "siempre estaban vacilando / y hasta cuando iban al baño se la pasaban pensando [...] Y entre tanto pensamiento, análisis y estructura, / decían conocer la neta y hasta también la locura". Aquí siguen, habría que decirle al Profeta del Nopal. Y siguen siendo una especie muy extraña, como acaban de hacernos ver en sus recientes despliegues de fervor y alborozo por las candidatas presidenciales. ¡Qué risueños y peinaditos, posando con una y con otra! ¡Qué felices de ser quienes son y de juntarse con los de su bando, qué orondos de saberse salvadores de la democracia y de la Patria y del futuro! ¡Cuántas toneladas de autosatisfacción y amor propio, al cerrar filas en torno a sí mismos y mirar con toda limpidez a los ojos de la Historia! Cuánta alegría, caray. Qué bonito se ha de sentir.