El conflicto político entre el gobierno del estado y la Universidad de Guadalajara alcanzó a una de las instituciones que mejor venía funcionando en Jalisco: el Instituto de Transparencia, Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de Jalisco (ITEI). La disputa por el control de los organismos autónomos -y en general de todos los espacios de poder en el estado- fue más que patente en la forma en que se procesó la sustitución en la presidencia del ITEI. Más allá de la reyerta por designar a quien lo presidiría por unos cuantos meses en lo que se renueva la presidencia, lo que reveló este polémico episodio no solo es la ambigüedad legal, sino la fragilidad institucional del órgano garante del derecho a la información en Jalisco.