Omar fue llevado ante el agente del Ministerio Público para pagar por su delito y los policías zapopanos tuvieron el arresto más sencillo de toda su vida. Crédito: Archivo
Salir a robar con sueño, no es una buena combinación. Omar aprendería esa valiosa lección la madrugada del 2 de noviembre del 2000, cuando se metió a una casa de Ciudad Bugambilias para saquearla.