OPINIÓN

Los cómplices

Francisco Martín Moreno EN MURAL

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Comienzo esta entrega recordando a Gilberto Valenzuela, secretario de Gobernación, cuando le presentó su renuncia a Plutarco Elías Calles: "Yo no le he perdido la confianza", afirmó sorprendido el presidente de la República, a lo que Valenzuela contestó: "Usted no me la ha perdido a mí, pero yo ya se la perdí a usted...". Esos eran los políticos mexicanos con un gran sentido del honor. Imposible olvidar a Agustín Yáñez, secretario de Educación Pública, cuando intentó dimitir del gobierno de Díaz Ordaz: "A mi ningún hijo de la chingada me renuncia, váyase a cumplir con su cometido", contestó el poblano en su conocido lenguaje florido.