¡Yaaa, Gonzalo!, se escucha una voz que con cierta angustia intenta calmar al furibundo aficionado de Chivas que, en lugar de serenarse, decide golpear la pared por la frustración acumulada. -¡Te están viendo tus hijos, compórtate ya!<BR><BR>El consejo del amigo sirvió. De los puños apretados,...