No existe en el futbol mexicano en la actualidad, un estudiante con tan buenas calificaciones como las que presume torneo tras torneo y semana a semana el Club León. Sus números son avasalladores. En una institución educativa donde no es sorpresa que reine la irregularidad, la inconsistencia y en ocasiones hasta cierta apatía entre los alumnos, resulta un deleite ver semejante nivel de dedicación cuando juega sobre el pupitre el equipo del maestro Ambriz.