OPINIÓN

Las clases también son espacios óptimos para la confabulación de las varias lecturas solitarias

Leer en bola

NEGRO Y CARGADO / José Israel Carranza EN MURAL

5 MIN 00 SEG

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La lectura es una actividad eminentemente solitaria, que precisa ciertas condiciones idóneas, aunque no indispensables: silencio, calma, alguna capacidad de recogimiento y disposición para omitirse del mundo -por eso es noticia cuando un poderoso o un famoso leen, porque se supone que todo el tiempo son requeridos por su poder o su fama y qué tiempo van a tener-. También es recomendable, para poder leer en paz, no tener hambre, no pasar angustias, no sufrir persecuciones ni dolor ni miedo... aunque son incontables los casos de quienes han logrado beneficiarse de la lectura aun en las situaciones más espeluznantes, incluso mientras la propia vida está en juego: el escritor António Lobo Antunes ha contado más de una vez cómo, cuando formaba parte del Ejército de Portugal en la guerra de Angola, en el horror de las trincheras y con toda esperanza perdida, su sargento se las ingenió para leerle al pelotón poesía de Victor Hugo. Y aunque esa poesía estuviera en francés y ninguno de los soldados entendiera ese idioma, asegura Lobo Antunes que les salvó la vida.