La verdad histórica de Ayotzinapa, la alteración de hechos en la masacre de Tlatlaya, el subregistro de muertes por Covid-19, la depuración del registro de personas desaparecidas, son solo algunos ejemplos recientes de la manipulación de hechos por parte de los gobiernos para desmovilizar la crítica contra las verdades incómodas al poder.