La tránsfuga
Guadalupe Loaeza EN MURAL
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"Vengar mi clase... contra la burguesía", escribía Annie Ernaux, en su diario íntimo, cuando tenía 22 años y recordaba una infancia sumamente pobre. Este sentimiento de exclusión lo ha tenido desde entonces. "¿Por qué mi padre era un obrero tan resentido cuyos padres no sabían leer? ¿Por qué mi madre dejó de estudiar debido a la pobreza de su familia? ¿Por qué los otros, que pertenecen a otra clase que la mía, me tratan tan despectivamente?, me preguntaba en esa época. Si mis padres hubieran leído más, su respectiva vida hubiera cambiado, hubiera sido mejor y menos frustrante. A mí los estudios y los libros, me cambiaron por completo", dice ahora después de una trayectoria literaria tan rica y exitosa. No obstante tener más de 25 obras traducidas a más de 40 idiomas, Annie Ernaux sigue siendo una transgresora, una fugitiva, una tránsfuga; mujer de izquierda cuya modestia desarma, defensora totalmente del aborto, de los derechos de la mujer y fiel seguidora de Jean-Luc Mélenchon. Admiradora de Albert Camus, de Simone de Beauvoir y Jean-Paul Sartre.
Descubrió quién es gracias a la escritura y al periodismo. Ha publicado 43 libros. Se considera de izquierda aunque muchos la crean "niña bien". Cuando muera quiere que la vistan con un huipil y le pongan su medalla de la Legión de Honor; que la mitad de sus cenizas quede en el Sena y la otra mitad, en el cementerio de Jamiltepec, Oaxaca, donde descansan sus antepasados. Sus verdaderos afectos son su marido, sus hijos, sus nietos, sus amigos y sus lectores