Corría la leyenda de que se trataba de una institución "modelo", y en ese prestigio se acrisolaba el orgullo mutuo
La Técnica 4
NEGRO Y CARGADO / José Israel Carranza EN MURAL
5 MIN 00 SEG
Antes, ya no y no sé desde cuándo, con cierta frecuencia me encontraba por casualidad con egresados de la secundaria en la que estudié, la Técnica 4. No hablo de los compañeros que tuve, sino de individuos que el mero azar me puso al paso en circunstancias variadas a lo largo de los años y que resultaba que también habían estado ahí, poco antes o poco después que yo. Nunca queda muy claro cómo llega uno a semejantes revelaciones, pero sucede: descubrir, repentinamente, que se comparte una vivencia significativa con alguien con quien habría parecido improbable compartirla. Puede ser cuando, en medio de una conversación cualquiera, nos permitimos una deriva memoriosa inopinada o nos remitimos a propósito a una experiencia ocurrida en un tiempo concreto -por ejemplo el transcurrido en la secundaria, etapa de la vida rica en acontecimientos significativos para la asimilación del mundo, la conformación de eso que antes se llamaba carácter y, en suma, la definición de uno mismo-. Y entonces se descubre la coincidencia: "¡Yo también estuve ahí!".