OPINIÓN

La sorna es la única respuesta posible para determinadas situaciones

La sorna de Larry

NEGRO Y CARGADO / José Israel Carranza EN MURAL

5 MIN 00 SEG

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Una definición manejable de sorna podría formularse así: es voluntad de mostración risible del absurdo. O bien: ánimo de exhibir la índole absurda de aquello que una visión cómica (por ejemplo la de un escritor o un cineasta) encuentra risible. En cualquier caso, en el ejercicio de la sorna hay una intención deliberada, consciente de lo que se propone y de lo que está a su alcance. Obedece a un propósito: no es fortuita ni inocente, no puede desentenderse de lo que provoca y nunca podría fingir supeditarse a otros fines que aquel que le da origen: denunciar lo ridículo de nuestra condición. Auténtica siempre, inequívoca, tampoco es susceptible de malinterpretarse ni de distorsionarse: da siempre en el blanco, y si yerra -o, incluso, si parece que yerra-, es que no era sorna: se trataba de otra cosa. No hay sorna que no haga reír; si no lo consigue, es que fracasó desde el inicio, es que sus motivos no eran los correctos, es que no era necesaria.