Todas las predicciones posibles, las esferas de cristal, las proyecciones matemáticas, la Ley del Karma, las caras de la lógica, las corrientes místicas y sicológicas, la metafísica y el empirismo milenario, nos conducen hacia un mismo punto en el Universo, nos congregan en un móvil y diminuto espacio que es capaz de definir el futuro de nuestra civilización: la desgastada punta de cada gis con que se le enseña a un niño quién es él y quiénes son los demás.