OPINIÓN

El significativo silencio de Benedicto XVI en la película esconde justo una cadena de crímenes

La mafia

Jorge Volpi EN MURAL

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A mitad de esa larga apología de Francisco titulada Los dos papas (Fernando Meirelles, 2019), ocurre una escena que revela a la perfección el funcionamiento de la Iglesia: en un momento de sinceridad, que en el catolicismo solo puede ocurrir durante la confesión, Benedicto XVI (Anthony Hopkins) perdona al cardenal Jorge Bergoglio (Jonathan Pryce) por no haber sabido proteger a dos sacerdotes durante la dictadura militar argentina. A continuación, le toca el turno a Joseph Ratzinger, quien se arrepiente, por su parte, de algo que en pantalla resulta un tanto impreciso: el alemán se refiere al padre Marcial Maciel y, en una incómoda decisión del director, la historia del sacerdote mexicano se pierde en un borroso silencio, dejando que sólo el público que la conoce extraiga sus propias conclusiones sobre el pecado papal que, en este quid pro quo, es de inmediato perdonado por el cardenal argentino.