Con la autoridad moral que se ganó a pulso, Albert Einstein soltó al aire una muy célebre frase que dice: "Solo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana, y no estoy muy seguro de la primera". Como puede verse, esta aseveración es irreprochable; sin embargo, reconociendo no poder oponer argumento alguno en defensa de la naturaleza humana ante el notable intelecto de quien la creó, me conformaré con rumiar mis dudas: ¿Será posible hacer una tregua -un paréntesis- en un proceso continuo e infinito? ¿A qué otras características personales o fenómenos sociales -aparte de la estupidez- le quedará "como anillo al dedo" semejante aseveración?